La fresa endodóntica es una fresa rotativa especializada en el tratamiento de conductos radiculares. Su propósito es permitir el acceso al interior del diente, limpiar y dar forma a la cavidad pulpar. Existen varios diseños adaptados a funciones específicas: desde abrir la cámara pulpar hasta ensanchar y pulir los conductos o retirar obturaciones antiguas. A continuación se describen sus tipos principales, materiales y criterios de selección según la fase del tratamiento (apertura, conformación, obturación) y el estado pulpar.
Tipos de fresas endodónticas
- Fresa Endo Z: es un ejemplo clásico de fresa cónica de carburo de tungsteno con punta inactiva (no cortante). Solo los lados de la fresa cortan, mientras que la punta redondeada no penetra profundamente. Esto permite abrir con seguridad la cámara pulpar sin perforar el piso. La Endo Z se usa tras el fresado inicial con fresa esférica para “pulir” las paredes de la cámara y optimizar la visibilidad canalicular.
- Fresas de bola (esféricas): fresas de punta redonda disponibles en carburo o con cabeza diamantada. Se emplean para iniciar la apertura pulpar. Por ejemplo, se suelen usar fresas FG redondas de carburo (tamaños #2, #4, #6) sobre la cara oclusal o palatina para crear la forma inicial del acceso. Con estas fresas se perfila un acceso triangular u oval que lleva hasta la cámara; luego se continúa con la Endo Z u otra fresa cónica.
- Fresas Gates-Glidden: son brocas largas de carburo de diversos números (1–6) diseñadas para contra-ángulo a baja velocidad. Sirven para ensanchar el tercio coronal del conducto radicular (pre-ensanchamiento o pre-flaring). En la práctica se usan secuencialmente (por ejemplo #1, #2, #3) para agrandar el canal cervical y facilitar la inserción de limas. También resultan útiles en retratamientos para eliminar restos de gutapercha cerca de la entrada.
- Fresas Largo-Peeso: carburo de tungsteno muy largo (28–32 mm) numerado del 1 al 6. Su uso es similar al de Gates-Glidden pero con mayor longitud, lo que permite trabajar en canales más profundos. Se emplean para agrandar la porción cervical y media del canal, preparar la entrada al conducto o extraer gutapercha antigua en retratamientos. Vienen marcadas con muescas que identifican el tamaño y se utilizan en contra-ángulo.
- Fresas de cuello largo (Long Neck): su diseño ofrece un mango muy extendido (28 mm). Se usan en casos complejos como tallar profundamente alrededor de postes intrarradiculares o instrumentos fracturados.
- Otros diseños: existen fresas cónicas, cilíndricas o en forma de diamante de distintos granos. Suelen tener punta activa (cortante) o punta inactiva. Por ejemplo, además de la Endo Z existen fresas troncocónicas de carburo o diamante con punta activa que cortan también hacia abajo. El ángulo y número de espirales (flutas) define la agresividad del corte. Las fresas diamantadas, con múltiples capas de gránulos de diamante, son muy abrasivas y precisas, mientras que las de carburo cortan eficientemente dentina dura.
Materiales y diseño
Las fresas endodónticas suelen fabricarse en carburo de tungsteno (ISO 500) o con cabeza recubierta de diamante (ISO 806). El carburo de tungsteno es extremadamente duro (hasta 3 veces más rígido que el acero) y resiste el calor, manteniendo el filo mucho más tiempo. Esto permite fresar dentina gruesa sin desfilarse rápidamente. Las fresas diamantadas contienen partículas de diamante industrial adheridas en la superficie; ofrecen gran abrasividad y precisión, ideales para cortar esmalte y superficies duras. En cambio las fresas de acero inoxidable son más económicas pero se desgastan pronto.
El diseño de la cabeza también influye: las fresas esféricas crean cavidades o profundidades, las cilíndricas (cabeza plana) nivelan superficies, y las cónicas (punta o angulada) abren ángulos o biseles. Las fresas con punta inactiva (como la Endo Z) solo cortan por los lados, protegiendo el fondo de la cámara pulpar. Las de punta activa (como las esféricas o cónicas normales) cortan tanto la parte superior como los lados. En odontología también se distingue por el instrumental: fresas FG (turbina, 1.6 mm de vástago) para velocidades altas, fresas CA/RA (contra-ángulo, 2.35 mm) para baja/media velocidad.
Selección según fase del tratamiento
- Apertura pulpar: Para el acceso inicial se parte con una fresa redonda de carburo (FG #2 o #4) en alta velocidad, formando un orificio en la posición adecuada (centrado en la cara oclusal o palatina, siguiendo el eje del diente). Con esta fresa se da forma triangular u oval al acceso hasta sentir ingreso a la cámara (sensación de vacío). Luego se utiliza la Endo Z o una fresa troncocónica para eliminar completamente el techo pulpar y rectificar las paredes de la cámara. El diseño de punta roma de la Endo Z asegura que no penetre más allá del piso pulpar. En dientes muy pequeños (decíduos) se emplean versiones pediátricas (p.ej. Endo-Z Angie de 16 mm) adaptadas a la anatomía infantil.
- Conformación del conducto: Una vez expuesta la cámara, las fresas ensanchadoras trabajan el conducto. Las Gates-Glidden se usan secuencialmente en contra-ángulo para agrandar la porción cervical del canal radicular. Esto facilita el manejo de limas manuales o rotatorias. Las Largo-Peeso, de mayor longitud, cumplen función similar y además pueden remover restos de material obturador antiguo durante retratamientos. Si se trabaja junto a postes o material duro al fondo del conducto, las fresas Long Neck permiten tallar zonas profundas con precisión.
- Obturación y retratamiento: En la fase de obturación definitiva normalmente no se fresan canales (solo se compacta gutapercha con condensadores). Sin embargo, en retratamientos endodónticos sí se requieren fresas. Las Largo-Peeso son útiles para remover material de obturación existente y ensanchar el tramo cervical. También pueden utilizarse fresas de bola o cilíndricas de carburo para recortar y eliminar porciones de obturaciones sobrantes cerca del orificio antes de re-sellar. En general, en obturación posterior a la limpieza de conductos las fresas solo se usan para preparar la cavidad coronaria o retirar obstáculos, no para cortar la pared radicular sellada.
Consideraciones según estado pulpar
- Pulpa vital: En dientes con pulpa sana o inflamación aguda (vital), el tejido se retira con facilidad. Es importante controlar el fresado para no dañar estructuras sanas. Se prefieren fresas de corte suave hacia el final (Endo Z o cónicas inactivas) que minimicen el riesgo de perforar el piso pulpar. Una cámara amplia (en pacientes jóvenes) permite usar fresas de mayor diámetro inicial. Se debe mantener irrigación suficiente y moderar la velocidad para evitar sobrecalentamiento y molestias post-operatorias.
- Pulpa necrótica: Al haber tejido necrótico o infectado, el objetivo es eliminar los restos y desinfectar bien el canal. No existe una fresa específica solo para pulpa muerta, pero se suele emplear fresas de carburo estándar para eliminar tejido necrótico adherido. Lo fundamental aquí es acompañar el fresado con abundante irrigación (hipoclorito, EDTA) y recambiar las fresas si pierden filo debido a los tejidos blandos. Se puede trabajar con un poco más de agresividad en fresado coronal para exponer todo el tejido muerto, pero siempre cuidando no excederse y perforar el diente.
- Pulpa calcificada: Los canales muy calcificados representan un desafío. En estos casos es recomendable usar fresas muy pequeñas y puntas ultrasónicas especializadas que permitan perforar la capa calcificada sin perder la orientación del conducto. Se inician con fresas esféricas muy finas o brocas ultradentales para alcanzar el vestíbulo de la cámara; luego se retira la calcificación con ultrasonido o fresas de carburo de diámetro reducido, a baja velocidad. El uso de un microscopio o lupas es de gran ayuda. Además, técnicas como teñir el suelo pulpar con azul de metileno o la “prueba de burbujas” con hipoclorito pueden indicar la ubicación del canal calcificado. Una vez localizado el conducto obliterado, se procede con limas muy delgadas (K #8–10) y fresas Gates pequeñas para abrir paso. En resumen, las calcificaciones exigen un plan cuidadoso: se prefiere fresas finas, ultrasonido y abundante irrigación antes que forzar con brocas más gruesas.
En conclusión
la fresa endodóntica ideal depende del paso del tratamiento y la condición pulpar. Para apertura pulpar se usan fresas esféricas y la Endo Z de punta roma; para conformar se emplean Gates-Glidden y Largo-Peeso; y en retratamientos las fresas Largo retiran gutapercha vieja. El material (carburo vs diamante) y el diseño (punta activa/inactiva, longitud, número de flautas) se eligen según dureza del tejido y necesidad de precisión. Siguiendo estos criterios –como indica la literatura– se logra una limpieza y conformación eficientes, aumentando las probabilidades de éxito a largo plazo del tratamiento radicular.
Fuentes: Información obtenida de literatura odontológica reciente y especificaciones de fresas dentales American Association of Endodontists (AAE)
https://www.aae.org
Referencias sobre principios de tratamiento endodóntico y fases clínicas.
Cohen’s Pathways of the Pulp – 12th Edition
Libro de texto ampliamente reconocido en endodoncia que describe detalladamente las herramientas y técnicas según la fase del tratamiento y el estado pulpar.
Endodontic Practice Today – Ingle’s Endodontics
Manual avanzado que incluye tipos de fresas y su aplicación clínica.
Revista Dental Press de Endodoncia
Artículos científicos y casos clínicos relevantes sobre selección de fresas en diversas condiciones clínicas.
https://www.dentalpressendodontics.com.br/
Fichas técnicas y catálogos de fabricantes de instrumentos endodónticos
Ej. Dentsply Sirona, Maillefer, Kerr Dental.
Información directa de productos como la Fresa Endo Z y Gates-Glidden.
Bibliografía académica de universidades odontológicas (UNAM, UBA, UIC Barcelona, etc.)
Publicaciones docentes y guías clínicas utilizadas en formación odontológica de pregrado y posgrado.
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